Quien mas quien menos alguna vez nos hemos planteado dejar un poco de lado el coche y movernos en bicicleta para hacer nuestros quehaceres cotidianos.
Imagínate poder llegar a tu trabajo en bici por caminos menos transitados, relajado, mientras haces ejercicio.
Para que esto sea un éxito, te contamos unos detalles a tener en cuenta que te resultarán de gran ayuda.
Imprescindibles:
Iluminación y timbre no pueden faltar. Las luces de iluminación diurna han supuesto un gran avance a nivel de seguridad y es muy importante utilizarlas para que los coches te vean.
El timbre te servirá para avisar de tu presencia a posibles viandantes que te encuentres por el camino. Recuerda que el respeto mutuo entre ciclistas y viandantes es clave para que esto funcione.
Equipa tu bici:
Depende mucho de las necesidades de cada uno, pero unos guardabarros te van a proteger de las salpicaduras del asfalto y van a evitar que llegues empapado. ¿Sabias el ciclista se moja sobre todo del agua del asfalto?
Una parrilla te ayudará a llevar tus cosas. Añádele unas alforjas y ampliarás la capacidad y la comodidad para transportar tus enseres; compras, carpetas, ropa…
Cuando llegues a tu destino, será importante que protejas tu bici para que a la vuelta no te lleves un disgusto. Deja la bici en un lugar a la vista, a ser posible bajo vigilancia y utiliza un buen candado.
Todo viaje puede tener imprevistos, un kit para pinchazos no estaría de mas; cámara, parches, desmontables y un hinchador pueden salvarte en cualquier momento.
Unos cuidados básicos:
Los neumáticos y los frenos son lo que más sufre en este tipo de bicicleta. Nadie quiere llegar tarde por una avería o un pinchazo, así pues un vistazo a las zapatas de freno y al desgaste de los neumáticos nunca esta de más. Además, si revisas el estado y ajuste de tus cambios podrás superar fácilmente las cuestas que te encuentres por el camino.
Anímate, la experiencia es inigualable, podrás explorar nuevos caminos, y ejercitarte mientras te desplazas.